Hace unos días decidí ver el documental Fyre el cual me habían recomendado ampliamente. Para quienes no tienen idea de qué va, aquí les dejo el trailer:
Es un documental como cualquier otro, en donde se presenta un suceso, en este caso el desastre del festival Fyre y sus razones, consecuencias, involucrados, etc. El Fyre Festival prometía ser el más lujoso, exclusivo, innovador y único festival musical realizado antes en la historia. Con el fin de promocionar una plataforma llamada Fyre.
Si no has visto este documental te invito que antes de leer este artículo lo hagas, no tanto por los spoilers que te puedas encontrar sino para que realmente puedas sacarle provecho a la reflexión que comparto.
Justo al terminar de ver el documental pensé en varias cosas:
¡Qué gran campaña de marketing!
¡Todos aspiramos grandeza!
Vivimos para los demás
Antes de entrar en detalle en estos puntos, les quiero dejar el video promocional del Fyre festival para que queden con la boca abierta:
Para quienes no me conocen, soy comunicadora social y gran apasionada del marketing. Una vez que terminé de ver este documental comencé a buscar la campaña como tal del festival y quedé boca abierta y en realidad mis respetos a cómo presentaron el producto. Pero a este punto, no le dedicaremos más que estas líneas.
¡Todos aspiramos grandeza!
¡Sí, hasta el más humilde! Todos queremos tener un buen trabajo, una buena casa, dinero, éxito, reconocimiento… Quien diga que no desea al menos 1 de esta lista, pues le felicito; espero que no sea por mera mediocridad.
Cuando veía el documental, lo primero que hice fue buscar qué edad tenía Billy y ¡oh sorpresa! es 1 año MENOR que yo. Vemos que él en ese punto se decía que era el emprendedor del año, con un éxito increíble, una capacidad de levantar capital como nadie… etc etc. Te pregunto, a tus 19, 23, 25 ó 27 años ¿Qué has logrado? ¿Qué quieres lograr en los próximos 5, 10 ó 15 años?
Ahora te pregunto, ¿la grandeza a la que aspiras es simplemente terrenal? De ser así, estoy segura que lograrás grandes cosas, seguro el éxito profesional, dinero, prestigio… pero también estoy segura que si no complementas lo terrenal con lo espiritual; tendrás todo lo que siempre has soñado pero acompañado de un GRAN vacío.
Los seres humanos estamos pensados para cosas grandes, por eso en nuestro interior siempre surge ese deseo de hacer cosas grandes. Si nos ponemos teológicos, estamos creados para la eternidad, para el cielo y vaya reto.
Vivimos para los demás
Algo que me llamó muchísimo la atención es que hubo gente dispuesta a pagar $250.000 por alojarse en una Villa con tal de participar del evento, de no quedarse por fuera. ¡OJO! Cada quien hace de su dinero lo que mejor le convenga, pero al final ir a Fyre no sugería invertir en el futuro, sino invertir en status. ¿Valía la pena?
La campaña de influenciadores que pensaron fue increíble, si prestaron atención al documental recordarán que estos solo publicaron un cuadrado naranja con la información en el caption de la foto. Si eras una persona conocida, con más de xxx cantidad de followers y no eras contactada como influencer, no eras nadie. Si no te habías registrado para el evento, no eras nadie…
Hoy en día nos hemos acostumbrado a vivir del qué dirán y de la vida del Social Media. Soy lo que publico en las redes, tengo tantos amigos como followers, la gente me quiere según mis likes y así cantidad de cosas.
Por último en este punto, Billy se negaba a cancelar el evento y ¿por qué? Por el simple hecho que no podía fracasar, no podía dar de qué hablar a los medios, no podía ser el hazmereir del mundo. Si no hubiese vivido para los demás, se hubiese ahorrado varias demandas y sin duda alguna unos años en la cárcel.
Solo te quiero dejar algunos consejos o preguntas para tu reflexión personal:
¿Te preocupas más por lo que piensen de ti los demás que de cómo te sientes tú con algo en particular?
¿Tus decisiones dependen de los comentarios de los que te rodean?
¿Serías capaz de subir una foto a tus redes sin maquillaje?
¿Alguna vez has borrado una foto porque tuvo “pocos likes”?
¡No te dejes llevar por el qué dirán! Al final, dentro de unos años cada quien habrá hecho su vida y ojalá no te arrepientas de las decisiones que no tomaste por escuchar a otros.
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