Les confieso que terminar el año es uno de los momentos de mi vida en los que más tengo sentimientos encontrados, o como dicen en inglés, “bitter sweet moments”. Incluso escribirlo, me revuelve el estómago.
Pensar en este año donde viví cosas increíbles y también dolorosas. Un año en el que “ya sé lo que viene”, donde ya encontré un ritmo o una manera de vivir. Siento la necesidad de “aferrarme” a esto que ya conozco y al ver el próximo año, tiemblo de miedo: la incertidumbre, lo desconocido, el riesgo, el dolor y llanto que viene, ¡la lista no termina!
Pero viendo hacia atrás, puedo decir que en este año me presenté tal cual soy y, no sé ustedes, pero este es el mayor de los éxitos, ¡de la vida!
Cómo vivir
Este año descubrí cómo quiero vivir el resto de mi vida: con el corazón en la mano.
¿Da miedo no? ¡Es lo peor y lo mejor al mismo tiempo! Ni me pregunten en qué momento hice esta conexión ¡haha!. Después de muchos años de vivir “con cuidado”, con precaución, escondiendo lo que pienso y siento, escondiendo mis deseos y sueños, decidí vivir el riesgo de vivir de corazón; de presentarme tal cual soy… ¡viviendo de corazón!
Las verdades
Y viendo el próximo año, que no tengo idea de lo que promete, me quiero “aferrar” (en el buen sentido), a estas dos verdades:
La única manera en la que quiero vivir cada día de mi próximo año, me toque vivir 10 días o el año completo, es presentándome tal cuál soy. ¿Es un riesgo? Sí. ¿Es la única manera de conectar y experimentar lo rico que es la experiencia humana? También. Como dicen en la serie de “THE MANDALORIAN del mundo de Star Wars” , “this is the way!” (Bueno, “Jesus is the way” ha-ha), así quiero vivir.
Esto lo aprendí en el 2020, en este mundo tan incierto, lo único a lo que me aferro, es a la verdad de que soy un hijo amado del Padre… ¡WOW! En este próximo año, no me quiero aferrar a mis talentos, dinero, la opinión de los demás, mi sentimiento de seguridad (falso por cierto… ha-ha), sino que decido la certeza de saberme amado e importante, independientemente de que las voces del mundo y el enemigo digan lo contrario.
La promesa
Consumí tantas películas, series, libros y podcast este año (hay uno muy bueno por cierto, de un tal Tío TUVI, se llama #TUVIDAESINCREÍBLE ha-ha! Para que le echen una escuchada…); pero creo que uno que marcó este deseo de vivir de corazón, fue la película de “tick, tick… BOOM! (2021)”, la historia de un joven artista presionado por cumplir con la definición de “éxito” o el “estándar” de lo que pide el mundo.
Este joven, Jonathan Larson, terminó creando uno de los musicales más famosos de todos los tiempos, que se llama RENT. En uno de los momentos en los que se encuentra con esta decisión, ¿cómo voy a vivir el resto de mi vida? ¿siguiendo el camino que el mundo espera de mí? ó ¿con el riesgo de perseguir tu corazón y permitirte ser tú mismo?.
Esta canción cercana al final, se llama Why, y repite una de las frases que necesito tatuarme (¡no me odies mamá! ¡ha-ha!):
“I make a vow, right here and now. I’m gonna spend my time this way”
(“Hago una promesa, aquí y ahora. Pasaré el resto de mi vida, de esta manera”)
¡Así es como quiero vivir! Que quede escrito.
El siguiente año
Este 2022, los invito a vivir de corazón y de cara a la Verdad. De cara a la voz que nos dice que nuestra historia importa y que nuestro corazón tiene mucho que dar al mundo.
Por eso les pregunto: ¿cómo vas a vivir este nuevo año? ¿escondiéndote? ¿con miedo? ¿con precaución? ¿o te presentarás en la arena tal cuál eres, con el riesgo de ser dañado y rechazado?
Les repito, no viviría de otra manera.
Por un 2022 de corazón.
Los quiere, el Tío Tuvi. (Diego Estrada)
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