Hace unos días buscando qué ver en Netflix con unas amigas comenzamos a ver una película cuyo tema principal era el “sexting”. La verdad, les confieso, que este fue un término completamente nuevo para mi… ya sabía de qué iba, pero no tenía idea que existía un término para el envío de fotos por redes sociales.
Tal vez te pasa como a mi, que no tienes muy claro de qué va esto. Por eso te recomiendo que veas este video:
En pocas palabras el “sexting o sexteo” es el envío de fotos eróticas a través de redes sociales y tiene como finalidad: seducir, presumir, coquetear o la excitación entre dos o más personas.
¡Qué complicación!
¡Cuánto han cambiado las cosas! Hace escasos 10 años (en mi adolescencia) la tecnología contaba con Facebook, MySpace y el uso de Blackberry. Pero antes de eso, todo era a través de mensajes de textos y llamadas a los teléfonos locales. Me siento toda una vieja, al darme cuenta que muchos de los que leerán ni siquiera se saben su teléfono local jajaja
¡Qué complicado para ti tener tantos perfiles! Pinterest, Facebook, Twitter, Instagram, VSCO, Tinder, Snapchat y otras muchas que seguro ni conozco. Complicado tener la información actualizada, subir cosas en todas, seleccionar qué subes en cada red y para de contar.
¿Qué dicen los números?
Según algunas estadísticas se dice que al menos 20% de los jóvenes entre 10 y 16 años han realizado sexting o sexteo alguna vez; e incluso en la medida que sube la edad, este porcentaje aumenta.
Asimismo, se dice que más del 40% de las personas que han realizado sexting han sufrido de bullying por el envío de alguna imagen y que el 90% de quienes las envían, sienten miedo que sus papás sepan lo que hacen o que se haga pública la información.
¿Por qué lo hacemos?
Hoy en día hemos degradado todo lo que nos rodea a la inmediatez… queremos todo aquí y ahora. Eso se debe, desde mi punto de vista, a la rapidez en la que tenemos la información: todo a la distancia de un click.
Ordenamos comida sin necesidad de hablar con alguien (UBER Eats); encontramos una forma de reciclar nuestra ropa vieja con tan solo una infografía (Pinterest); izquierda, derecha y hacemos MATCH con “el amor de nuestra vida” (Tinder). Todo esto con una inmediatez que hace escasos 10 años era impensable.
Entonces, al final, degradamos también la sexualidad a un click… o a unos segundos en Snapchat. Es más fácil pedirte que me envíes una foto de lo que tienes puesto que preguntarte cuál es tu película preferida.
Al final, lo hacemos porque queremos seducir, presumir, coquetear con alguien o incluso simplemente por la excitación personal.
¿Cuáles son los riesgos?
El principal riesgo que corremos al realizar el envío de fotos es que creemos que al colocarle una duración de 2 segundos no dejamos que alguien haga capture y una vez vista, se “autodestruye”.
Incluso pensamos que al enviársela a mi novio, en el cual confío, esa imagen quedará por siempre en secreto y él nunca la compartirá.
Aquí te dejo un video que explica los riesgos del sexting:
Mi novio me pide fotos… ¿Qué hago?
Aquí podría ser también “todos mis amigos le piden fotos a sus novias…¿Qué hago?”
Pues muy sencillo ¡NO! Piensa en las consecuencias que puede traer que esas fotos se hagan públicas…a su vez, recuerda que nada de lo que publicamos en internet es completamente “privado” y que cualquiera con un poco de astucia podría encontrar esas fotos.
Recuerda, el mal a veces da placer, pero cuando el placer se va el mal queda. El bien a veces fatiga, pero cuando la fatiga se va, el bien queda. – P. Juan Antonio Ruiz
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