¿Dios creó el mal?
Aún sabiendo que el ángel se iba a revelar contra Él como quiera lo creo. Dios creó esa libertad para negarle a el, para hacer el mal ? Eso es egoísta porque entonces tiene que mandar a su hijo para salvarnos y para que volvamos a creer en Él.Respuesta
¡Gracias por esta pregunta! Es una de esas preguntas que nos ha acompañado a lo largo de toda la historia, que toca a cada hombre y mujer, y que ha afligido a los grandes pensadores de todas las culturas.La respuesta de la teología Cristiana tiene dos partes: sobre la naturaleza del mal y sobre el significado de la libertad.
Primero, la reflexión sobre el mal nos permite pensar en el mal como algo “que falta”. Es decir – banalmente – una bicicleta “mala” es una que no funciona. La bicicleta en sí es buena, pero el mal está en que “le falta” una cadena, frenos, un tornillo suficientemente apretado, etc. El creador de la bicicleta construyó lo que ves. El “mal”, lo que falta, es en realidad un “bien que no está.”
Una imagen que ayuda es la luz y la oscuridad. La luz es como el bien, algo real, fotones. La oscuridad no está compuesta de “anti-fotones”, sino que más bien es la ausencia de fotones. Del mismo modo, nosotros decimos que Dios creó el bien pero no creó el mal, pues el mal, como tal, no existe.
Ahora bien… ¿Por qué no creó un mundo tan perfecto que no le faltara nada? (Yo siempre me cuido cuando intento explicar las motivaciones de Dios, que siempre serán algo inaccesibles…) La reflexión Cristiana dice que hay una parte del mundo que quedó “incompleta”. Dios no quiso dejar todo perfectamente terminado, sino que quiso crear al hombre y a la mujer para que “cultivaran el mundo y se multiplicaran”. Quiso dejarle al ser humano posibilidad de crecer más allá de como lo había creado… de conocer y desarrollar el mundo, de construir una sociedad, y – en cierto sentido lo más importante – de cultivarse a sí mismo. (Ojo, no es que al hombre le faltara algo que debería tener, pues la Biblia dice que Dios creó al hombre “muy bueno”, sino que lo creó con la posibilidad de llegar a ser más de lo que era inicialmente.) Y para lograr este cometido, la herramienta más poderosa que Dios le dejó al hombre fue la libertad.
La libertad nos permite a nosotros cooperar con Dios y seguir creando el bien, o alejarnos de Dios y crear huecos e imperfecciones en el bien que él creó. A veces sentimos el peso de esta responsabilidad, o nos aterra su mal uso, y quisiéramos no haber sido creado libres. Pero piénsalo… realmente cederíamos nuestra libertad – dejaríamos que nos convirtieran en máquinas – a cambio de una vida sin sufrimiento? Y aunque nosotros sí lo hiciéramos, Dios escogió no hacerlo, y más bien prefirió morir en la cruz que privarnos de la libertad que nos había dado.
Me imagino que no quedaron respondidas todas las dudas acerca de esta cuestión, pero espero que ofrezcan una perspectiva distinta para ahondar en el tema.
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Juan Pablo Durán
Cuando a los 16 años pensé que podía probar que Dios no existía (o, por lo menos, que no era relevante), Él decidió presentarse de una forma personal e irrefutable. Entré al seminario después de ver cómo Dios podía utilizar alguien tan ignorante como yo para acercar a los demás a su Amor. Desde entonces, mi camino ha sido un intento de seguir a Jesús y de ser un sacerdote según su corazón para poder comunicarlo al mundo. Soy Colombiano pero Dios quiso que creciera en Tucson, Bogotá, Atlanta, Hong Kong y Tokio. Como Legionario, he vivido en Cheshire (Connecticut), Roma, Salamanca, Washington DC y Nueva York. Fui ordenado sacerdote en Roma, el 12 de diciembre de 2011.
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